Descubrimiento indica que no estamos solos en el mundo.
Unos astrónomos han identificado el que podría ser uno de los sistemas planetarios más ricos hasta ahora.
El descubrimiento de un séptimo planeta alrededor de la estrella enana KIC 11442793 podría ser un hallazgo sin precedentes, según dos equipos separados de investigadores.
El sistema tiene algunas similitudes
con el nuestro, pero los siete planetas orbitan mucho más cerca de su estrella matriz, que queda a unos 2.500 años luz de la Tierra.
El atestado sistema solar es descrito en dos documentos publicados en el archivo en línea para prepublicaciones de artículos científicos Arxiv.org.
Una de las identificaciones fue hecha por voluntarios que usaron el sitio web Planet Hunters (cazadores de planetas). El sitio fue establecido para permitir a voluntarios depurar la información pública de Kepler, el telescopio espacial de la NASA, que fue lanzado para buscar los llamados exoplanetas, mundos que orbitan alrededor de estrellas distantes.
Kepler usa el método de tránsito para descubrir nuevos planetas, lo cual conlleva la búsqueda de la caída en la luz cuando un mundo ajeno pasa frente a su estrella matriz. Pero hay demasiados datos para que los científicos de la misión puedan examinar cada curvatura de la luz, así que desarrollaron programas computerizados para detectar un tránsito planetario.
“Este es el primer sistema de siete planetas captado por Kepler, usando una búsqueda de tránsito. Pensamos que (la identificación) es muy segura”, señaló Chris Lintott, de la Universidad de Oxford, coautor del documento de Planet Hunters.
“Con un sistema de tránsito, una vez que consigues múltiples planetas, las probabilidades de que sean falsos positivos son muy pequeñas”.
VECINDARIO APRETADO
El equipo de Lintott ha sometido su investigación a la revista “The Astronomical Journal” para su revisión. Otro equipo de astrónomos de varios países europeos sometieron su propio estudio que delinea su descubrimiento independiente del séptimo planeta a otra revista, The Astrophysical Journal.
El nuevo planeta es el quinto más lejano a su estrella matriz, que orbita en un periodo de casi 125 días.
Con un radio de 2,8 veces el de la Tierra, encaja en una familia que ahora incluye dos mundos de tamaño similar a la Tierra, tres “súper Tierras” y dos planetas más grandes.
“Realmente luce como nuestro Sistema Solar en un sentido, con todos los planetas chicos adentro y los grandes afuera. Y eso no es necesariamente lo que vemos siempre”, dijo el coautor del estudio Robert Simpson, también de la Universidad de Oxford.
Si bien puede haber semejanzas con nuestro Sistema Solar, los siete planetas son mucho más cercanos a su sol. De hecho, entrarían todos en la distancia de la Tierra al Sol, en una suerte de vecindario muy apretado.
“Esta es una de las razones por las cuales es fácil verlos, porque cuanto más cerca están de su sol, hacen la traslación con más frecuencia”, afirma Simpson.
Sin embargo, el equipo de Planet Hunters realizó simulaciones que muestran que ese sistema planetario debería ser estable.
Lintott, quien copresenta el programa de la BBC Sky at Night (el cielo de noche) y ayudó a fundar Planet Hunters, añadió: “Todo lo que sabemos de este sistema nos dice que (el séptimo planeta) debería haber sido hallado usando las rutinas de detección automática. Pero no fue así”.
LA FIDELIDAD DEL OJO HUMANO
“Un sistema de siete planetas es muy complicado, así que tienes una sensación de por qué la rutina automática podría haber perdido: se confunde por la presencia de otros tránsitos.
“Escudriñar por estos tránsitos parece una tarea perfectamente diseñada para computadoras. Pero seguimos encontrando, en estos casos especiales, en estos casos raros, en estos casos complicados, que los humanos pueden vencer a las computadoras”.
Se ha sostenido que otra estrella, HD 10180, tiene siete o nueve señales planetarias. Un sol distante llamado GJ 887C podría también tener una familia de siete planetas.
Al comentar el estudio del equipo de Planet Hunters, Andrew Collier Cameron, profesor de Astronomía en la Universidad de St Andrews, expresó: “Es curioso que un sistema tan bien estudiado como KOI-351 pueda aún albergar sorpresas que sólo pueden ser vistas por ojos humanos”.
Agregó: “Este es un problema perenne en la caza de tránsitos, de los cuales somos más que plenamente conscientes en nuestras propias búsquedas terrestres.
“Los mejores algoritmos de detección de señales de tránsito desarrollados hasta la fecha siguen quedando muy en segundo lugar con respecto al sistema visual humano cuando se trata de reconocimiento de patrones. Con todo, tenemos que confiar en máquinas, debido al enorme volumen de datos producidos por empresas como búsquedas de tránsitos”.
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