jueves, 29 de enero de 2015

Científicos nipones consiguen recuperar funciones cardíacas con células iPS

Investigadores japoneses han conseguido revivir las funciones cardíacas de ratas que sufrieron ataques al corazón, trasplantando láminas derivadas de células pluripotentes inducidas (iPS) en su corazón, informó este 27 de enero del 2015 el diario nipón "Asahi".
"El estudio proporciona evidencias que prueban la eficacia de los tratamientos cardíacos humanos utilizando cardiomiocitos (células del miocardio o músculo cardíaco capaces de contraerse y responsables de los latidos del corazón) derivados de
células iPS", explicó Yoshiki Sawa, profesor de cirugía cardiovascular de la Universidad de Osaka (sur).

Científicos de la universidad, junto al Centro Nacional Cerebral y Cardiovascular de Japón, trabajan en un método para mejorar la función de bombeo del corazón en humanos con enfermedades cardíacas graves a través de este tipo de células.

Para comprobar si éstas pueden integrarse adecuadamente en los músculos del corazón y bombear en el mismo ciclo, los investigadores implantaron láminas de células cardíacas de 1 centímetro de diámetro diseñadas a partir de células iPS en corazones de ratas que habían tenido infartos de miocardio.

Un mes después de los trasplantes, los científicos analizaron el movimiento de una molécula de proteína presente en los cardiomiocitos de las ratas, que se asocian a los latidos.

Los resultados mostraron que las láminas trasplantadas latían en el mismo ciclo que el músculo del corazón, y que las funciones cardíacas de las ratas habían mejorado.

Sus hallazgos se publicaron en la edición digital de la publicación estadounidense Cell Transplantation.

Japón es pionero en la generación de células pluripotentes inducidas (iPS), que se obtienen al reprogramar células ya maduras.

Su descubrimiento le valió al profesor Shinya Yamanaka, su creador, el premio Nobel de medicina en 2012, y supuso una verdadera revolución, al dejar obsoleto el uso de su equivalente natural, las células madre embrionarias, cuya obtención plantea problemas éticos y conlleva grandes dificultades.

En el futuro, las iPS podrían permitir la regeneración de órganos enteros, al tiempo que su uso en estudios clínicos promete revolucionar la creación de nuevos fármacos.

EFE

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