Bogotá (El Tiempo de Colombia / GDA). Los teléfonos públicos que hace 58 años se instalaron en Bogotá y que con el tiempo se multiplicaron en las calles, centros comerciales, cafés, tiendas y farmacias parece que estuvieran en vías de extinción.
Sin embargo, a este servicio no lo van a dejar ‘morir’. Al menos, ese es el plan de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB) que se ha propuesto modernizarlo.
En el 2007, cuando estaban en su mayor auge, funcionaban 32.515 teléfonos públicos y los usuarios esperaban en fila para hacer una de las 50 llamadas que, como mínimo, se efectuaban a diario desde cada uno de esos aparatos.
Entonces, tres compañías ofrecían el servicio: la Empresa de Teléfonos de Bogotá (ETB), que dominaba el mercado con 31 mil equipos. La antigua Telecom-Capitel (hoy Telefónica) tenía 315, y Empresas Públicas de Medellín (hoy UNE-EPM) habían entregado en administración 1.200 teléfonos monederos a comerciantes.
BATALLA FRENTE AL CELULAR
Esa infraestructura está hoy reducida a una cuarta parte, al quedar a penas 8.174 teléfonos públicos de los más de 32 mil que había hace siete años.
Compañías como ETB y Telefónica disminuyeron el parque telefónico público como consecuencia, fundamentalmente, del creciente uso del celular y la venta en la calle de minutos.
El vicepresidente de Hogares y Personas de ETB, Carlos Alberto Gómez, dice que “después del 2005 la telefonía pública dejó de ser un negocio sostenible por la alta tasa de crecimiento de la telefonía móvil y la venta informal de minutos por celulares, que en el mercado colombiano se conoce como los ‘chalequeros’, que ofrecían llamadas a precios inferiores a los fijados para la telefonía pública”.
Para Ximena Mora, gerente de Productos de Voz y Pyme de Telefónica, “el teléfono público surgió para que la gente se pudiera comunicar de urgencia en la calle, porque de otra forma no lo podía hacer. Esa situación cambió. El usuario ya puede llamar desde el móvil propio o compra minutos en la calle, lo que llevó a la extinción del uso del teléfono público”.
En el caso de UNE-EPM, en el 2012 tuvo que recoger sus teléfonos monederos (de color amarillo) porque ese año se venció la licencia de la red inalámbrica que le habían autorizado para usar una frecuencia.
“La empresa ponía el aparato y la línea; el tendero o el dueño del local era el encargado de administrar el teléfono”, recordó Diego Mauricio Serna, director de Teléfonos Públicos de UNE-EPM.
En el recorte de los equipos influyeron también otros hechos: la severa disminución de ingresos por las bajas ventas, el vandalismo contra las infraestructuras y los elevados gastos por mantenimiento de equipos.
ETB, por ejemplo, que en el 2005 recibía más de 9 millones de dólares (17.840 millones de pesos) por las llamadas desde estos teléfonos, para el 2013 vio caer esos ingresos a casi 40 mil dólares (76 millones de pesos). Es decir, disminuyeron las entradas un 99,5% en nueve años.
Mientras tanto, los daños a los equipos siguieron. A los primeros teléfonos instalados les averiaban las cajas para robarles el producido o les trababan el mecanismo usado para pesar las monedas.
Cuando comenzó a emplearse el teléfono con tarjeta, empezaron a introducirles objetos por las ranuras. Además, les quitaban las bocinas, robaban cables telefónicos o auriculares y rompían las cabinas, contó Gómez.
El vandalismo aún continúa, por lo que cada día quedan inservibles 164 teléfonos públicos de ETB.
Por todos esos daños, los gastos que la ETB debe asumir para mantener y reparar los equipos son muy altos: ascienden a más de 900 mil dólares anuales (1.800 millones de pesos colombianos), casi 24 veces más que el monto de lo que se recauda por este rubro, que son los ya citados 40 mil dólares.
Pese a que el servicio del teléfono público es altamente deficitario, la ETB ha decidido mantenerlo y modernizarlo. El faltante lo cubre la empresa con dineros obtenidos por otros negocios que está reforzando la compañía.
MODERNIZACIÓN
“El Distrito, como accionista mayoritario de la empresa –dijo Gómez–, decidió que la ETB mantuviera esa herramienta de comunicaciones como un compromiso social, para que la ciudadanía pueda comunicarse en caso de una catástrofe natural, porque esta infraestructura ha mostrado más alta probabilidad de funcionar en estos eventos, como se vio con el huracán Sandy, en Nueva York”.
Por ahora, como parte de su modernización, desde diciembre pasado la ETB tiene en Chapinero y Suba un plan piloto de 40 teléfonos públicos con wifi, con los que 20 usuarios pueden navegar gratis en internet, simultáneamente. La red cubre 20 metros a la redonda, con una velocidad de una mega.
El presidente de ETB, Saúl Kattan, dijo que se espera ampliar la oferta de los puntos wifi a 6.000 aparatos en la ciudad.
Telefónica, en cambio, optó por chatarrizar los teléfonos públicos y solo dejará 88 instalados en las cárceles, el Hospital Militar y aeropuertos, indicó Mora.
UNE-EPM, dijo Serna, retiró de Bogotá los equipos por la imposibilidad de competir con los servicios gratuitos de ETB. Sin embargo, ampliará ese parque telefónico público en Barranquilla y seguirá operando los 10.400 que tiene en Medellín, de los cuales 1.200 ya tienen wifi.
ALGUNOS DATOS
- Los más antiguos
En 1892, un teléfono que tenía el Café Florián fue, quizás, el primero de uso público.
- Teléfonos de café
Hasta 1940, los aparatos que estaban en los cafés también se consideraron públicos.
- La autorización
El acuerdo 127 de 1956 del Concejo ordenó poner teléfonos públicos en la ciudad.
- Los 'monederos'
A finales de los 90, EPM entró en Bogotá con sus teléfonos amarillos.
- Paso al uso de tarjetas
También en los 90 se inauguró la larga distancia, y vino el uso de la tarjeta.
- Servicio gratis y wifi
Desde el 92, las llamadas son gratis en teléfonos ETB. Ahora ensayan puntos wifi.
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